Galicia lidera el desarrollo de la depuradora de aguas del siglo XXI
Un equipo de Santiago coordina diez grupos de investigación y treinta empresas en un proyecto del Gobierno
La nueva estación permitirá reutilizar en regadíos el líquido descontaminado y crear fertilizantes.
Mucho más eficientes desde el punto de vista energético, con capacidad para aprovechar los residuos químicos que generan y convertirlos en plásticos o fertilizantes, con sistemas de descontaminación de agua que permitirán reutilizarla para regadíos y con mecanismos de tratamiento de lodos que contribuirán a reducir su tamaño además de posibilitar su uso para actividades agrícolas. Así serán las depuradoras de aguas residuales del futuro. Un cambio sustancial de concepto que en gran medida será impulsado por tecnología gallega.
El proyecto para crear la planta depuradora del siglo XXI, Novedar, está coordinado por el Grupo de Ingeniería Ambiental y Bioprocesos de la Universidade de Santiago, que lidera a ocho equipos de investigación españoles y a otros dos de Holanda dentro del programa Consolider concedido por el Ministerio de Educación y Ciencia. El reto se plantea de aquí a cuatro años con una inversión de 4,5 millones de euros. Es la primera vez que una universidad gallega dirige una iniciativa de esta magnitud.
Sin embargo, no será necesario esperar a que culmine el proyecto para obtener resultados, sino que las tecnologías que se vayan diseñando se irán implementando de forma progresiva en las instalaciones ya en servicio. De momento existen tres plantas piloto con nuevos sistemas que mejoran su funcionamiento, dos en Galicia (en Santiago y en Ames) y otra en Cantabria. «O obxectivo é que todos os desenvolvementos tecnolóxicos que vaiamos acadando se incorporen de inmediato á industria», explica Juan M. Lema Rodicio, el responsable del grupo de Santiago. Prueba de que la investigación tiene un objetivo marcadamente aplicado la supone el hecho de que en la iniciativa participan treinta empresas nacionales líderes en el sector de tratamiento de aguas y veinte organismos de cuenca encargados de velar por la calidad del agua. De Galicia están involucrados en el programa Espina y Delfín, Aquagest, Aqualia Galicia, 3R Ingeniería Ambiental y Augas de Galicia.
Plásticos
La depuradora del futuro, sin embargo, no responderá a un modelo único, sino que tendrá un diseño específico en función del medio donde esté ubicada. Una estación que vierte al mar, por ejemplo, no requiere la misma complejidad técnica, con el consiguiente gasto, para depurar los microcontaminantes, que otra que hace lo propio en un río de alto valor ecológico. O en zonas como Galicia o Asturias puede que tampoco sean necesarias plantas para recuperar el agua con fines de regadío, como sí serían aconsejables en el sur.
Lo que sí primará en los nuevos centros de tratamiento será la recuperación de los materiales químicos. Por ejemplo, se pretende recuperar el fósforo o el nitrato que actualmente se elimina en las plantas para utilizarlos como fertilizante. También se intentarán producir bioplásticos fomentando procesos de bioacumulación en los propios lodos, utilizando como sustrato el agua residual.
La mitad de la energía se pierde
La nueva estación depuradora responde a un enfoque integral que se plantea cuatro objetivos fundamentales: recuperar productos; minimizar la producción de lodos; eliminar los microcontaminantes residuales y metales pesados, para así mejorar la calidad del agua tratada, y reducir el consumo energético de las plantas.
De hecho, un estudio previo realizado en Valencia por uno de los grupos que participan en el programa Consolider ha demostrado la ineficiencia en el funcionamiento de las depuradoras, ya que desperdician la mitad de la energía que consumen. En los próximos años, cuando estén instaladas todas las estaciones programadas para España, está previsto que consuman el 1% de la energía del país, algo insostenible. Además de mejorar la eficiencia en el proceso, la alternativa que se plantea consiste en mejorar la producción de biogás generado en la propia planta y utilizarlo como combustible para generar energía eléctrica. Otro objetivo importante es mejorar la calidad del agua depurada y la de los lodos, especialmente en el contenido de microcontaminantes, para reutilizarlos tanto para riego como para abono.
Página del proyecto Novedar